Estrategias para una lactancia nocturna más sencilla

La lactancia materna es un hermoso viaje, pero las tomas nocturnas pueden ser agotadoras. Sin embargo, con algunas estrategias inteligentes, puedes hacer que estas alimentaciones sean más llevaderas tanto para ti como para tu bebé, favoreciendo un descanso más reparador para ambos.

Preparando el terreno para la noche

• Crea un ambiente propicio para el sueño: Asegúrate de que tu dormitorio esté oscuro, tranquilo y a una temperatura confortable. Esto ayudará a que tanto tú como tu bebé vuelvan a dormirse más fácilmente después de la toma.
• Ten todo a mano: Antes de acostarte, ten cerca todo lo que puedas necesitar: pañales limpios, toallitas húmedas, un vaso de agua para ti y quizás un snack ligero. Esto evitará tener que levantarte y buscar cosas a oscuras.
• Vístete cómodamente: Opta por ropa de dormir que te permita amamantar fácilmente, como pijamas con abertura frontal o camisetas holgadas.

Optimizando las tomas nocturnas

• Colecho seguro (si lo practicas): Tener a tu bebé cerca en la cama (siguiendo las pautas de colecho seguro) puede facilitar las tomas nocturnas, permitiéndote amamantar casi dormida y minimizar el despertar completo de ambos.
• Amamantar recostada: Aprender a amamantar recostada de lado puede ser una excelente manera de descansar mientras tu bebé se alimenta. Asegúrate de tener una postura cómoda y segura para ambos.
• Minimiza la luz y el ruido: Durante la toma nocturna, mantén las luces bajas o utiliza una luz tenue. Evita hablar o interactuar demasiado con tu bebé para que entienda que es hora de comer y volver a dormir, no de jugar.
• Cambio de pañal eficiente: Si es necesario cambiar el pañal, hazlo de la manera más rápida y silenciosa posible, utilizando una luz tenue. Intenta evitar estimular demasiado a tu bebé.
• Prioriza la calma: Tanto si tu bebé se despierta llorando como si no, mantén la calma y háblale suavemente. Un ambiente tranquilo ayudará a que ambos os relajéis y volváis a dormir más fácilmente.

Durante el día también cuenta

• Tomas frecuentes durante el día: Asegurarte de que tu bebé se alimente bien durante el día puede ayudar a reducir la frecuencia de las tomas nocturnas, especialmente a medida que crece.
• Ritmos de sueño saludables: Fomentar siestas adecuadas durante el día puede contribuir a un mejor sueño nocturno tanto para ti como para tu bebé.

¡Recuerda!

Cada bebé es diferente, y lo que funciona para uno puede no funcionar para otro. Sé paciente, experimenta con diferentes estrategias y no dudes en pedir consejo a profesionales de la salud o grupos de apoyo a la lactancia. ¡Poco a poco encontraréis la rutina nocturna que mejor se adapte a vuestras necesidades!